jueves, 27 de mayo de 2010

Memoria del Mercadillo Solidario

El pasado día 5 de Mayo, por iniciativa de los miembros del Banco de Tiempo de nuestro grupo, 1º de Bach. B, tuvo lugar un mercadillo organizado por todos los integrantes de este curso, instalado en el patio de menor tamaño de nuestro centro, IES Velázquez, durante aproximadamente dos horas y media (de 12 a las 2,30).
La idea de celebrar este mercadillo, al que catalogamos como “mercadillo solidario”, fue auspiciada por algunos alumnos del grupo en el trascurso de una reunión colectiva del Banco, a mediados de Abril. Pronto, la propuesta resultó muy atractiva, y todos los componentes del Banco decidimos embarcarnos en la preparación del proyecto, ayudados por nuestra profesora, Ángela Espín.
En días sucesivos empezamos a discutir que sería aquello que pondríamos a la venta y con qué fin. Sin duda, la idea de enviar el dinero recaudado a Haití, envuelta en la más absoluta penuria tras el terremoto que la asoló en Enero, fue la mejor sugerencia. Así, donándolo a una ONG, que lo destinaría rápidamente a su destino, aportaríamos nuestro granito de arena a la recuperación del país. Con esta finalidad, comenzamos a esbozar cuáles serían los artículos a vender o los servicios a brindar. Decidimos, de esta manera, que una buena forma de dar a conocer nuestro trabajo en el Banco de Tiempo seria ofrecer algunos de los servicios prestados en el mismo, como manicura, masajes,… o vender el fruto de las actividades que habíamos realizamos a lo largo del curso, como cocina o fieltro, además de aportar ropa u otros accesorios que ya no necesitáramos para su posible reventa. Todos nos avenimos a esta idea e iniciamos el reparto de tareas.
Cada grupo de número variable de miembros se encargaría de una labor concreta a ofrecer en el mercadillo. Tras una larga discusión, y con diversas modificaciones, los ofrecimientos finales se concretaron en:
-Cocina (crepes, galletas,…).Encargados: Irene Rojas, Manuel Baldomero, José Barba e Irene Almarcha.
-Fieltro. Encargados- Lucía Méndez y Andrea Díaz.
-Manicura y peluquería. Encargados: María Quintero y Marina Ramos.
-Collares y pendientes. Encargados-Myriam Cáceres.
-Tómbola y ropa. Encargados- Iván Naranjo, Ángel León, Manuel Cano, Pedro López, José Antonio Vargas, Marta de los Ríos, Édgar del Moral.
Antes de esta organización final, hubo una distribución previa en la que existía una oferta de de maquillaje, con Ana Márquez y Laura Jiménez como encargadas. Finalmente se decidió suprimir este ofrecimiento pensando en que no habría una demanda real de él y a sus responsables se les encomendó otra labor: Ana se uniría al grupo de cocina y Laura se ocuparía de la tómbola junto a los demás. Otra modificación fue que Raquel, junto con Milagros, se ocuparía de la contabilidad, con la elaboración de vales por valor de un euro con los que se comprarían posteriormente los productos, con lo que sustituyeron sus tareas anteriores por esto.
Así, aunque este reparto definitivo, ya sin cambios, no se constató hasta unos días antes de instalar el mercadillo, todos los participantes en el proyecto emprendimos, en las semanas anteriores a su celebración, la atareada preparación de nuestro puesto personal.
De este modo, comenzamos a confeccionar, gracias a la ayuda de Lucía, ducha en la materia, figuritas de fieltro destinadas a ser vendidas en el mercadillo. Lo que empezó siendo una actividad más del Banco, se terminó convirtiendo en una verdadera afición( o mejor dicho, “adicción”), y muchos de los integrantes del grupo dedicamos gran número de horas, incluso sacrificando nuestro tiempo libre, a la elaboración de estas demandadas figuritas. Asimismo, la extensión de nuestro propósito por el resto de los cursos, llevó a que muchas personas llegaran a solicitar encargos e incluso a querer participar.


Este espíritu colaborador hizo que, conjuntamente, ofreciéramos a las diferentes clases la posibilidad de aportar sus propios enseres, que ya no requiriesen, para venderlos en el mercadillo. La respuesta fue positiva, y bastantes personas se decidieron a contribuir.
Paralelamente, llevamos a cabo la elaboración de carteles informativos, de forma que todo el mundo tuviera constancia de nuestra intención, además
de ir a las diferentes aulas a fin de mantener a todo el centro informado. Por su parte, pedimos autorización a la directora y jefa de estudios para la celebración del mercadillo, con el objetivo de no dejar ningún cabo suelto y que la jornada marchara sin altercados.


Ya una vez conocidos los productos que ofertaríamos, establecimos los precios, valiendo la mayoría de los artículos o servicios 1 euro, salvo algunos pendientes, collares y prendas de vestir, cuyo valor podía oscilar en torno a un precio algo mayor.
Así, tras ajetreados días de planificación y organización, llegó el gran día. Ese miércoles 5 de Mayo, unos minutos antes de que resonara el timbre del recreo en todo el instituto, todo el grupo nos dispusimos a acondicionar el lugar donde íbamos a montar nuestro tenderete.


Cargamos mesas, sillas y pesadas bolsas, colocamos ordenadamente los diferentes artículos y aprestamos todo cuidadosamente.


Cuando la multitud de alumnos del centro entró en tropel, todos nos encontrábamos ya en nuestros respectivos puestos.
En cocina, pese a algunos imprevistos iniciales, que fueron resueltos en seguida, las ventas se multiplicaron sin cese. Aunque únicamente se elaboraron crepes, su éxito fue palpable y los cocineros no pararon de trabajar en un solo momento, ya fuera cocinando o comprando ingredientes, pues las imparables ventas acabaron con muchos de ellos.
La demanda en manicura y peluquería, aunque menor, también fue considerable. Las trenzas de espiga llamaron la atención de muchas chicas que se decidieron dejar en manos de María. Por su parte, la manicura causó sensación, y además de alumnas, profesoras y otros empleados del centro quisieron pintarse las uñas con originales colores y dibujos.
Otro acierto inesperado fue la tómbola, de la cual se vendieron la gran mayoría de los artículos, gracias al impulso que los encargados del puesto dieron a la compra de vales.


Aunque la demanda de ropa y otros accesorios no fue tan acusada, sin duda, el fieltro resultó ser el gran triunfador, vendiéndose casi todas las
figuritas confeccionadas en un tiempo record. Las encargadas del tenderete, por otro lado, se afanaron en realizar nuevos diseños para quien los demandase.
Así, durante estas casi tres horas, el número de vales vendidos se incrementaba progresivamente, mientras cada vez más grupos bajaban de sus clases para disfrutar del mercadillo.
Una vez transcurridas las horas, y siendo conscientes del éxito de nuestra empresa, nos dispusimos a recoger todo el material empleado y los escasos efectos sobrantes. Mientras algunos fregaban, otros recogían y desmontaban nuestro bazar personal.
Sorprendentemente, las ganancias obtenidas llegaron a los 245 euros, con lo que, pese las dudas previas que teníamos acerca del éxito del mercadillo, los resultados fueron del todo favorables y fructíferos. Igualmente, todo pareció marchar sobre ruedas, y durante el transcurso del evento, solo hubo gratas sorpresas.
Ya unos días más tarde, algunos compañeros y la profesora, Ángela, fueron al banco a ingresar los 245 euros y 15 cent. Recaudados, que fueron enviados a Médicos Sin Fronteras, de modo que ayudemos con este dinero, a la recuperación de Haití y su población, pues seguro que lo agradecen.


Cabe destacar la cooperación que mostraron todos los miembros del Banco y la completa disposición a ayudar que existió, no habiendo problemas ni percances en ningún momento. Todos quedamos ampliamente satisfechos con la colaboración del centro, que se volcó en ayudarnos, tanto profesores, como alumnos, pues todos contribuyeron al éxito del proyecto. Por ello, manifestamos nuestro completo agradecimiento, ya que pudimos ver nuestro esfuerzo recompensado. De forma innegable, el Banco de Tiempo ha llevado a fomentar la cooperación y vínculo entre nosotros y proyectos como este, aún más. Todo ello hubiera sido irrealizable sin la mediación y ayuda de la profesora de la asignatura, Ángela, a la que debemos la organización de planes solidarios como este, quedando abierta la posibilidad de un futuro proyecto similar.
Ana Márquez-1ºBACH. B

No hay comentarios:

Publicar un comentario